Se dice pronto, pero ya van dos. Dos años hace que aterricé en esta ciudad, Madrid. Gran ciudad (y no lo digo por su extensión, que también). La verdad es que llegué sin ninguna expectativa (o pocas) sobre la ciudad. Venía de vivir una mala experiencia (aunque valiosa) en Ámsterdam, pero aún así, tardé poco en hacerme una pequeña idea de lo «grande» (y no lo digo por su extensión, repito) que es Madrid como ciudad. Y no es precisamente la ciudad en sí, sino la gente, el ambiente que se respira por la calle, la hospitalidad…
No quiero extenderme más. Hoy, los protagonistas son Itziar y Andreu: dos personas cercanas que han tenido la oportunidad de vivir la misma experiencia que un servidor en Madrid, y que nos detallan aún más (y mejor, si cabe) su propia visión sobre lo que Madrid representa y/o ha representado para ellos. Queda agradeceros vuestras valiosas palabras. ¡Gracias Itziar! ¡Gracias Andreu!
Itziar Lecea Llufriu
Mi Madrid – Os hablarán de las tapas para comer, del rastro para pasar el domingo, del Retiro para “desconectar de Madrid”, de Preciados para quemar la tarjeta de crédito…Pero para querer Madrid, hay que conocerlo. Sólo viví medio año, en un quinto piso al lado del parque del Retiro, que era como mi descanso espiritual del tráfico y especialmente del metro, al que odiaba (y sigo odiando). Me di cuenta de que amaba Madrid un día a las 8 de la mañana, después de haberme dejado los pies en una noche de fiesta. Estaba en Sol, y no había nadie, absolutamente nadie, por la calle. Tenéis que ver Sol sin gente para daros cuenta de lo bonita que es. Y la echo de menos. Y tanto cómo la echo de menos. Echo de menos la línea gris del metro, la circular, con sus vagones destrozados. Echo de menos la Castellana. Callao y su cine. El Jardín secreto y la calle Princesa. Echo de menos pasear por el palacio real y el teatro. Echo muchísimo de menos ir en metro ligero hasta el Kinépolis! Pero sobre todo echo de menos a Maria, a Greg, a Kathrin y a Marie. ¡También a Paulina! Madrid no se quiere por lo que es, sino por lo que da y por la parte de ti que dejas en ella cuando te vas.
Andreu Sampol de Palós
Si algo define Madrid es su carácter abierto, integrador, y hospitalario. Puede que hayan ciudades arquitectonicamente más bonitas (que las hay), más grandes (que también las hay), y así un largo etcétera. Pero en lo que ninguna supera a Madrid es en su clima humano, que hace que te sientas como en tu propia casa. Y entonces ya eres un madrileño más.
¿Y tú? ¿Te animas a compartir tu propia experiencia sobre Madrid?
¡Pongamos que hablo de Madrid!
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